La rebelión de los "4" en la NBA

La posición de power forward en la mejor liga de baloncesto del mundo ha pasado una etapa complicada. Desde las figuras de Kevin Garnett y Tim Duncan (leyenda viva del baloncesto) ha pasado varios años en los que la mayoría de jugadores franquicia ejercían las posiciones de bases y escolta. Esto sigue ocurriendo en la actualidad, pero se ve un atisbo de esperanza en las figuras de Kevin Love, Blake Griffin y Pau Gasol.




Los jugadores grandes en la NBA ya no ejercen ese dominio que se vivía en los 90. Atrás quedan David Robinson, Karl Malone, Alonzo Mourning, Shaquille O'Neal (en sus buenos tiempos) Patrick Ewing, Hakeem Olajuwon y otras muchas figuras. Y con esto puedo añadir, que la crisis de los center en la actualidad es más preocupante aún que la de los ala-pívot. Excepto Dwight Howard, Chris Bosh y Amare Stoudamire, que se va acercando a su nivel en Phoenix, es una posición muy coja en el panorama baloncestístico americano.

Resulta que otras en otras ubicaciones hay sobreproducción de cracks. La mayoría de las plantillas cuentan con un base de nivel medio-alto y, en bastantes casos, es el jugador clave o uno de los más resolutivos. Chris Paul, Deron Williams, Rajon Rondo, John Wall, Steve Nash, Jason Kidd, Russell Westbrook, Tony Parker, Dwyane Wade son algunos ejemplos. La demarcación de "2" cuenta con la mayor cantidad de jugadores que más anotan (también los más chupones) como Bryant, LeBron James, Monta Ellis, Brandon Roy o Paul Pierce que se tiran hasta las zapatillas, pero que además son muy buenos. Mención aparte, mencionar a aquellos más versátiles, jugadores comodín como Nowitzky, Durant (el futuro junto a Giffin) o Lamar Odom, que por su altura pueden dar más prestaciones en la cancha.


Por lo tanto esa escasez de cracks altos en la NBA, se ha desmitificado ligeramente dada el temporadón que están haciendo tres power forward en concreto. El primero es nuestro Pau Gasol. El catalán, sobresaturado de minutos, ha notado el cansancio en los últimos partidos pero sigue ofreciendo buenísimas prestaciones, tanto que este año podría ser incluso titular en el All-Star Game, siendo conscientes de la tremenda dificultad que constituye esto. No sorprende sus casi 20 puntos y 11 rebotes por partido, sino esa visión de juego y la cantidad de variedad que ofrece el español en ataque. Me llama más la atención esas 4,6 asistencias de un hombre de 2.16.

Blake Griffin, tras pasar toda la temporada pasada en blanco por una lesión, se ha convertido en una de las sensaciones de la temporada. Un poderío físico estrastósferico, un 4 con movimientos de play-maker y una buena muñeca hace que los que entienden de esto apuesten por él como el gran dominador de la NBA junto a Kevin Durant en la próxima década. Ya abundan los vídeos del de los Clippers en Internet. Es el máximo favorito para el Rookie del Año.

De Kevin Love se dice que está marcándose esas estadísticas para conseguir un gran contrato salarial de esa banda en la que juega llamada Minnesota Timberwolves. Hace unas semanas ya entró en la historia tras lograr un doble-doble de 30-30 contra los Knicks, algo que no ocurriá desde que lo hiciera Moses Malone hace 28 años. Ahora viene de marcarse un partido de 43 puntos y 17 rebotes (5/5 en triples) contra los Nuggets. Efectivamente, si no le llega ese contrato millonario, muchas franquicias estarían encantadas de contar con Love en sus filas.